Secretos con Papas

sábado, diciembre 23, 2006

Un cuento que hice hace tiempo, cuando creía que nada iba cambiar durante mucho tiempo:
El Ciclo del agua

Las nubes negras, inyectadas de agua de todos los lugares y límites desconocidos del mundo, tras cumplir un ciclo monótono y aburrido, cuando ya han recorrido cada lugar de la tierra, proceden a descargarse de cada partícula-molécula-gota de agua que hasta ese momento se mantenía unida como un parásito, una liendre unida a los cabellos que luego se derrama por los suelos, por los cobertizos, por las azoteas, de altos edificios, mientras las nubes con una visión global por sobre el mundo, disfrutan del pavoroso espectáculo donde cada una de las grandes gotas de agua revientan y se vuelven a unir para cumplir otro nuevo ciclo horas después o al día siguiente.

Al momento de cerrar la puerta y mirar hacia el cielo, observo la oscuridad de la tarde, algo no ajeno a mi realidad sin embargo, me ilusiona la idea de ver las gotas de lluvia caer, por lo tanto, comienzo a caminar por la acera pensando en un tumulto de cosas, cosas triviales o cosas demasiado importantes como para ponerle demasiada atención.
En ese instante es cuando me imagino alejándome de este mundo, una especie de muerte pero conciente de estar sintiendo mi cuerpo en suspensión, alejándome del suelo y observando las cosas que habitan mi ciudad junto con los seres humanos. El negocio donde mi madre compra las cosas para la semana, la calle vacía de gente y extrañamente oscura con algunos autos estacionados en el borde de cemento y un par de paraguas abandonados, avanzando gracias al viento que corre rápidamente acariciando cada una de las esquinas y cada uno de los faroles parpadeantes de la gran ciudad. En este momento subo paralelamente a un gran edificio gris de enormes ventanales. Observo hacia adentro los escritorios vacíos y hojas en el suelo como si hubieran sido dejados ahí hace mucho tiempo. Miro hacia los lados y veo que no voy solo. No soy el único que sube, así que mi sentimiento de abandono disminuye con la altura. La vista es increíble. El aire es puro. Desde aquí se ve todo, aún más arriba de la capa de smog que cubre esta ciudad. Ya comienzo a divisar otros límites más allá de la ciudad, verdaderamente hermosos que nunca antes había visto, ni pensaba que pudieran existir. Ojala dejaran que me tome la libertad de avanzar hacia otros lugares pero me doy cuenta de que la libertad en sí no existe. No puedo ser libre completamente, ya sea por las barreras morales o por las barreras llamadas “realidades humanas” una especie de determinismo naturalista del tipo Yo nazco así y debo ser así hasta el final de mis días. Es la complejidad del ser humano. ¿Por qué no fui un pájaro o un ente libre que pudiera viajar hacia donde quiera y como quiera?, que mi imaginación este libre de toda condición del conocer o no conocer. Conocer colores nunca antes vistos en la realidad, sentir olores que nunca existirán, ver lo que no es y jamás será. Esa sería la verdadera libertad. Un ser humano sólo conoce la libertad humana propiamente tal y cree saber cual sería la libertad de los animales. Ojala pudiera conocer la libertad del cielo, la libertad de los árboles, del viento, de los animales marítimos, de una hoja que cae en una mañana de otoño pero no puedo. Nunca voy a poder por que este es un proceso monótono y si no es un llegar, irse, volver, irse, llegar constante, creo que sería peor un llegar, irse y listo, sin perfección. Mediocre.
Todo se llena de una luz blanca. No, no es el paso a la muerte o el purgatorio, ni algo parecido para llegar a Dios. Son las nubes. Sólo nubes blancas, esponjosas, alegres que se extienden hasta donde mi vista ya no las puede ver. Una alfombra blanca que me llena de un sentimiento agradable por la extrema belleza que llega hasta mis ¿ojos?. Son como grandes colchones donde se posa mi vida, donde nada importa, nada es tan importante como para hacerme olvidar que estoy sobre una gran nube redundante de armonía. La felicidad me llena completamente, ya no me interesa mirar lo que ha abajo. Esa gran masa de tierra pegada a un núcleo ardiente que la mantiene unida. Sólo miro hacia arriba que, aunque se que ya no puedo ir más allá de donde estoy, me incita a pensar que alcancé la felicidad o parte de la gran libertad humana que he estado esperando. Pero en algún lugar de mi mente se comienza a extender una nube negra de pensamientos raros o los pensamientos que tenía guardados para explorar en algún otro momento. La oscuridad no es solo en mi mente. Las nubes ya no están blancas. Están sufriendo como si tuvieran un gran peso que no las deja ser libres. Yo sigo encerrado en mi conciencia que me empieza a hundir. Ya no tengo mi libertad y ahora algo me carcome como quemándome, como si quisiera que yo ya no exista para el mundo.
El peso me hunde cada vez más. Comienzo a sentir que caigo, resbalo va través de lo que creía tan firme. Las nubes se alejan de mí como si mi felicidad hubiera sido solo una vaga imaginación de mi –ahora- abultada conciencia. Caigo y sigo cayendo cada vez más rápido, sintiendo el vértigo, el viento que me hace tomar forma. Siento mis manos y mis piernas al viento de la caída libre, mis propios gritos ahogados por la velocidad, un panorama terrorífico al ver los grandes campos allá abajo a donde voy a estrellarme, sin paracaídas ni nada que alivie mi descenso inminente sobre la tierra. Ahora intento sentir la potencia de la caída, disfrutarla en última instancia preparándome para mi muerte. Me controlo. Cierro mis ojos y siento el silbido del viento en mis oídos, el vértigo en mi estómago que no termina por más que mueva mi cuerpo desenfrenadamente, me ahogo pero me controlo. Abro mis ojos y a través de mis lágrimas causadas por el choque del aire en mis pupilas, distingo la ciudad allá abajo. El concreto que se acerca a una velocidad fulminante y mi desesperación estalla. Ahora la caída puedo verla en cámara lenta y observo los elementos que están a mis lados, edificios, ventanales enormes que ya había visto. Otros cayendo al igual que yo. Antes de terminar mí inminente caída distingo a un hombre, su cabeza y su cabello que se mueven lentamente para adoptar una posición mirando hacia arriba y veo sus ojos mirándome directamente. Exhalo un grito y soy yo restregando mi ojo. Una gota de agua me ha llegado directamente a mi ojo en medio de todos mis pensamientos. Pienso en que la gota estaba predestinada a mi ojo para terminar de comprender en el momento exacto la monotonía del ciclo de ir y venir de mi estado de ánimo. Estar bien, estar mal. Todo pasa. Todo sube y baja. Todos se van y vuelven. Bajo mi cabeza y sigo mi camino mirando fijamente cada línea de la acera que me convence cada vez más de la monotonía que avanza y no se detiene.
Saludos, comente con toda confianza
cambio y fuera

lunes, diciembre 18, 2006

A pinochet ya no lo quiero incluír más en el blog (o ya lo hice), así que ya no quiero hablar de ese tema, además están los cientos de diarios para leer diversas opiniones y yo no voy a ser uno más hablando del fin de una época, o una era y no me voy a quedar atrapado en el barro.
Yo me salto de tema en tema y lo de la publicación de ahora, me interesa bastante.


¿Música?¿Letras? sí… algo me acuerdo…

Pareciera que hoy la música se hubiera masificado mucho más de lo masificada que era, gracias a pendrive mp3, discman con mp3, internet, etc. Una más de las bondades de la globalización puede ser pero, también pareciera ser que esto está afectando cada día más a la creación. La música de hoy en día ya no me parece atractiva. Ahora a todos les basta con que un tipo se ponga a rasguear con la guitarra unos acordes pesados y ponerle una de esas letras bien masivas y trilladas con temas como la soledad, el amor, la muerte, el despecho y todo eso. De alguna forma la música a la literatura dejaron de tener las relaciones sexuales que tenían antes, la poesía ya no vale ahí, y tampoco la crítica social que nos haga ver en que mundo estamos y darnos cuenta con qué mano nos están dando de comer.
Hay pequeñas excepciones de grupos muy buenos que han logrado hacer prevalecer la creatividad, la inteligencia y también de alguna forma, el sueño. Pero a esos no los encuentro en internet. Bah. También a otro gran porcentaje de gente que escucha a los clásicos, los que hacen pensar, etc, pero lo escuchan en el pc mientras chatean, como un musak de supermercado que te dice “¡compra maldita sea!”, y prácticamente escuchan sin escuchar. Pero eso no me molesta. Cada uno escucha la música como quiere. Lo que sí me molesta, o me da miedo de alguna forma, es pensar que los músicos dejarán de hacer música en un futuro muy próximo. Quizá es una idea de Apocalipsis musical bastante extremista, ¿pero que va a pasar con los músicos que ya no reciban ni una pizca de dinero por sus trabajos? ¿Se van a dedicar mejor a editar a los clásicos de siempre para que todos nos quedemos guardados en el pasado? Cuando digo eso a veces me dicen que siempre habrá gente que lo hará por que le gusta ¿Pero a esos quién los va a escuchar? Un amigo dijo algo bastante cierto. Los Beatles no serían ellos sin la gente que los escucha. Si nadie escucha ¿Qué importa la música?
La música quizá nunca deje de existir pero nunca habrá una nueva música a la cual aferrarse. Lo mismo podría pasar con los libros, cuando los escritores decidan publicar todo en un blog que es lo que de alguna forma ocurre y en menor escala, me ocurre a mí también. Por supuesto, es más fácil publicar en un blog que gastar una suma de dinero en editar un libro que probablemente muy poca gente va a leer, y también nos enfrentaríamos al termino de una etapa marcada por los libros o sino pregunten, hoy mucha gente encuentra latero leer un libro, y por eso también el impuesto al libro en Chile nunca baje ni deje de existir, por que tampoco la gente exige un cambio. Un vendedor de libros de la feria del libro que estuvo instalada en el mall de valdivia me reafirmó lo anterior, pero me gusta pensar en que la gente (bastante inocente mi pensamiento) no lee porque los libros están demasiado caros, entonces se crea una especie de círculo de no lectura por dos razones fundamentales que se alimentan entre sí (¿puede ser retroalimentación?) el precio, y el interés.
En fin, creo que hay que adaptarse al mundo de hoy, ya no queda nada más que hacer, el profesor o doctor Rodrigo Browne tenía razón en decir que la masividad de los medios nos va a traer muchos malos ratos, y junto con la excesiva información que provoca la desinformación en palabras de Paulo Contreras, nos encaminamos a un mundo donde estamos y no estamos, pensamos pero realmente no pensamos. Los ojos y los oídos se nos van a terminar cerrando. Y Walter Benjamín nos va a visitar todas las noches con su aura y un “se los dije”.

Saludos, comente si quiere con toda confianza,
Opiniones y críticas diversas siempre son bien recibidas
Cambio y fuera

jueves, diciembre 14, 2006

Este es un relato pequeño que hice hoy en la mañana. Tal como en la dictadura, quizá la muerte de Pinochet dé muchos temas de inspiración para quiénes les gusta escribir, y si hay que sacar algo bueno de todo ese período, es la cantidad de creaciones que se hicieron en base al régimen y bueno, lean.
Tergiversé eso de "que no sepa la derecha lo que hace tu izquierda", usé a la derecha para hablar sobre la izquierda.
Dedicado a la gente que todavía no descansa.




El otro Abuelo

Hoy cerca de las nueve de la mañana falleció mi abuelo. Hoy a las dos y cuarto de la tarde murió el otro abuelo.
Mi abuelo y el otro abuelo se conocían, o así me habían contado, cuando el otro abuelo andaba de paseo por las tierras del sur en no sé qué caravana. Mi abuelo se hizo amigo de él. Mi abuelo tenía un inmenso fundo donde instaló una huerta. Cosechaba papas, zanahorias, cilantro. Tenía un gran cerezo y un árbol de manzanas rojas. Yo no había nacido todavía en ese tiempo, cuando mi papá me contó que el abuelo había ayudado mucho al otro abuelo y que el otro abuelo había hecho muchas cosas por nosotros por lo que había hecho mi abuelo, me puse muy contento y orgulloso de que mi familia había contribuido a ayudar a mi país. Mi papá me contó que en el huerto hicieron casitas pequeñas que él mismo ayudó a pintar de un color café y otras sólo estaban barnizadas. Mi papá me contó que ahí llevaban a la gente mala para que se volviera buena y ayudara al otro abuelo a mejorar el país. Me dijo que a veces no resultaba y que era necesario llevarlos de viaje a un lugar muy lejano, ¿Y ya volvieron?, Le pregunté, No todavía no vuelven, me respondió mi papá. Yo me pregunté adonde habrán ido y si iban a regresar y me respondí que quizá ellos nunca quisieron ayudar al otro abuelo, por eso no van a volver y me puse feliz.
Pero ahora estoy triste. Triste por mi abuelo y por el otro abuelo. Mi abuelo era una muy buena persona que defendía al otro abuelo cuando lo atacaban. Decían (y ahora dicen aún más) infamias terribles. Que era un asesino, un ladrón, un genocida y otras cosas que no quiero repetir. Es imposible que mi otro abuelito haya hecho todas esas cosas. Él fue tan bueno. Él ayudó a mi abuelo, a mi papá, a mi mamá, a mi hermano, a los pobres les dio televisores y a los trabajadores les dio bicicletas para ir al trabajo ¿Cómo no va a ser bueno?.
Y esa gente que salta por que se murió, ¿también saltará por que se murió mi abuelo? Creo que esa es la gente deshonesta. La gente que se olvidó de mi otro abuelo y todas las cosas que había hecho por ellos. A la gente le dio alzheimer. Gente ingrata, gente de mierda que insulta a mi otro abuelo, gente escoria, gente que no tendría por qué estar hablando, gritando ni saltando con esos carteles. Esos carteles, esas caras en blanco y negro ¿será la gente que se fue de viaje y que quizá no vuelva?.


Cambio y fuera

martes, diciembre 12, 2006

¿Y ahora qué?
Entre ayer y hoy Chile se ha dividido de una forma que no se había visto desde probablemente la misma época de la dictadura militar. Los pinochetistas y los opositores no han dejado de expresar los sentimientos que los embargan, tristeza y alegría respectivamente. Los pinochetistas clamando respeto por la muerte del general y los familiares de detenidos desaparecidos que al fin encuentran un pequeño alivio a sus acongojados corazones, junto con comunistas, socialistas y simpatizantes saltando felices por las calles. El respeto que piden los partidarios de Pinochet, es el mismo que han pedido los familiares durante tantos años que se les ha pasado llevar sin que la justicia llegue para castigar a los culpables. El hecho de ver a una figura tan avasalladora que evitó por todos los medios de enfrentarse a la justicia debe haber acrecentado el dolor de esas familias. Esta vez el símbolo intocable de todo ese dolor, y que ha quedado impune gracias a la muerte, será juzgado arriba por alguien que sí sabe lo que hace.
Mucha gente dice que Pinochet no es el único culpable de los vejámenes que ocurrieron durante la dictadura, pero estoy seguro (y no me van a decir que no) que él pensó previamente en lo que se convertiría si se ponía a la cabeza de un golpe militar. Él sería el que detendría y absorbería los choques y ataques hacia las fuerzas armadas, para que los culpables se escondan a sus espaldas, él sería la figura arrinconada por los que buscan la justicia, mientras los otros se daban vuelta rápidamente la chaqueta y salían a comprar tranquilamente el pan al negocio más cercano o apagaban la tele. ¿Qué pasará ahora con los otros culpables, la cara no visible que dañó dentro de los centros de tortura o que asesinó escondiendo la cara bajo un casco militar, sin la figura que concentraba todos los embates de la dictadura? La respuesta solamente la vamos a encontrar con el paso del tiempo, por ahora, mi país tiene una herida profunda, que por un lado se pudre tratando de abrirla más y por otro lado que intenta cicatrizar. Tengamos la esperanza de que los otros cientos de pequeños clones de Pinochet sean juzgados y paguen por todo el daño que hicieron a la gente, que hasta el día de hoy no puede dormir o tiene pesadillas con sus familiares desaparecidos durante la dictadura.
Lea, reflexione y si quiere comente
Cambio y fuera

domingo, diciembre 10, 2006

El Yo-yo


I. Un elemento:

Se dice que si hacemos rotar los colores del arco iris lo suficientemente rápido como la rueda de un auto, se logrará el color blanco que es la ecuación de esos siete colores. Al hablar del yo-yo lo hago pensando en que este contiene estos mismos colores en la forma de sus lados. Entonces armónicamente, en su ir y venir de la mano, se formara el color único, el estereotipado. Al hablar sobre yo-yo es mucho más fácil hacerlo desde su punto de vista físico al contener los colores ya nombrados, porque me permitirá explicar la gran semejanza que existe entre este pequeño objeto con la gran sociedad que nos rodea.
Cada sujeto de nuestra sociedad está dotado de pequeños detalles y ordenamientos genéticos que lo hacen diferentes unos de otros. A esto, hay que agregarle los distintos tipos de pensamientos y conceptos que se tienen sobre las cosas, y por supuesto, la variedad de estilos con que estas personas se proyectan sobre la sociedad. Pero ocurre un fenómeno extraño, todo el mundo termina transformándose en un solo ente que se desprende en serie eternamente, como el yo-yo que va y vuelve a no ser que su trayectoria se vea afectada por una ráfaga de viento o un mal movimiento de la mano que, al suceder esto, se ve en la obligación de volver a poner el yo-yo en su lugar intentando evitar algún tropiezo para no alterar la monotonía de este elemento.
Desde niños tomamos las figuras más simples para poder echar a volar nuestra imaginación creando mundos, personajes, historias, despreocupados de lo que la gente pueda decir sobre nosotros (en efecto el pensamiento ni siquiera pasa por nuestra mente) así hasta llegar a la edad en donde entran a jugar los prejuicios.
Tomemos, por ejemplo, a un pequeño niño que encuentra su máxima fascinación en un yo-yo. Su nombre será Juan. Juan tendrá 5 años y comenzará a jugar con su yo-yo en la calle. Su padre le llama la atención por jugar con su yo-yo en medio de la calle pero Juan se niega a abandonar ese lugar porque le gusta la forma en que el juguete se refleja en el cemento, por lo tanto, Juan adquiere una posición de rebeldía frente a lo que su padre le dice, a diferencia de lo que sucede con sus amigos quienes al verse amenazados por sus padres, deciden rápidamente entrar a sus casas para evitar un castigo innecesario. Juan percibe lo que sucede y adquiere una firme posición por seguir jugando en la calle. Cuando ya ha llegado a los 15 años su pasión por el juego no ha disminuido y sigue ocupando un lugar en la deshabitada, calle cuando un día pasa algo inesperado. Unos compañeros de curso pasaban por la otra vereda de la calle, cuando al ver a Juan jugando con su yo-yo, no pudieron evitar las risas y las burlas hacia él quien a su vez, sabía la razón del actuar de sus compañeros. Desde ese día Juan se opacó de sobre manera por las burlas y decidió guardar su yo-yo en una caja y comportarse como lo hacían las demás personas de su edad. Un cambio radical al cual todas las personas se ven expuestas en algún momento de sus vidas.
La necesidad de mantener un giro continuo en el yo-yo hace que tengamos que ponernos en cierta posición adecuada para que el movimiento de la mano no se haga tedioso o no afecte la integridad de este mismo. Así mismo ocurre en nuestra sociedad. Las necesidades hacen que tomemos posiciones que a veces no nos agradan porque van en contra de lo que nosotros consideramos como agradable para llevar nuestra vida, es la gran “incógnita-conocida” del sistema capitalista, la que sabemos que daño hace pero no sabemos como evitarlo. Es la persona que por hambre, debe trabajar y sacrificar su propio cuerpo que después recibe el alimento para poder seguir trabajando por más alimento.
Y así es como los colores del yo-yo (recordemos que son los colores del arco iris) se van transformando en un solo color que, se supone, es el perfecto al cual todos deberían llegar a ser alguna vez.

II. Dos palabras:

Sin embargo, de todo lo anterior dicho, lo más difícil de explicar en cuanto al yo-yo no es su forma o la relación de esta con la sociedad, sino, la simpleza y a la vez complicada interpretación de su nombre. Yo, viene a representar un individuo común y corriente, con derechos, deberes y su libertad para asociarse a otras personas de igual pensamiento quienes, a la vez, intentarán ayudar a una gran comunidad de individuos de una forma colectiva. La forma en que Yo individualmente puedo ayudar a la sociedad, va acompañada de una serie de reglas en las que se debe regir el comportamiento y uso de la libertad sin dañar al otro, por esto, un individuo para poder ayudar a otro debe concederle libertad para que este individuo a su vez pueda ir ayudando a otros más en una cadena igualitaria y sin predominio del “tener” para que esto no entorpezca en la labor de igualar a la sociedad. Sin embargo, el nombre de este elemento esta sujeto a dos palabras, yo-yo. Tomando en cuenta que esta palabra al ser separada con un guión, está separando también a los individuos entre sí, el significado de Yo cambia al predominio del Yo como único miembro de una sociedad. Este egocentrismo es el que hoy en día representa el sistema capitalista-neoliberal en donde se privilegia el “tener” al ”tener para ayudar”. Presentamos entonces, una primera parte de la palabra yo-yo que es el Yo y una segunda parte donde se toma esta palabra en su totalidad la cual es lo que asemeja la realidad. Lo ideal, en este sentido, sería privilegiar el Yo comunitario para poder ayudar a mantener una igualdad en un orden, pero, si tomamos en cuenta de que este orden se pudiera romper de cualquier forma exteriormente, se crearía un caos del que nadie podría liberarse ni tampoco podría liberar a los demás producto de que todos nos hemos convertido en uno solo, sin embargo, la ayuda sería muy eficiente producto de que no se predomina a un Yo egocéntrico, sino un yo comunitario. Lo que pasa actualmente en nuestra sociedad, es que, es fácil volver a un orden cuando algo se ha salido de los parámetros, pero la forma en que se vuelve a esa normalidad es muy diferente a la que había antes de ese desorden, ya que, los que han ayudado a ese nuevo orden, intentan quedarse con la mayor parte de ganancias (de cualquier tipo) que esta situación pueda traer. Me he puesto a pensar también sobre una forma de regir la vida desde un Yo, no uno egocéntrico, sino que, no tener que valerse de un ente omnipresente para poder solucionar los problemas, es decir, valerse según los propios criterios junto a un puñado de criterios morales que principalmente forman parte de la libertad de los demás, la cual, no puedo traspasar. Es increíble que desde un juguete tan pequeño se puedan sacar tantas conclusiones sobre lo que es nuestra enorme sociedad hoy en día y lo estereotipados que nos encontramos al buscar un lugar en donde poder desarrollarnos en conjunto y poder sobrevivir a la individualidad, que tengamos que cambiar nuestras formas de pensar, de ser, de vivir, para poder llegar a un buen puesto y sepultar al otro, es algo que deberíamos pensar con más calma y seguramente, este ensayo podría dar para mucho más sobre el tema, pero eso es otra cosa que va mucho más allá del sincronizado ir y venir del yo-yo.

(Este ensayo lo recuperé de una carpeta que tenía olvidada en el pc. Creo que lo hice en tercero medio)

Saludos
Cambio y fuera

jueves, diciembre 07, 2006

A ver cómo me va con esta segunda entrada,

Mi ubicación tempo-espacial me sitúa en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UACH, la hora: 9:00. día miércoles. se supone que yo debería estar atado aún a las sábanas en estos momentos, a esta altura del semestre ya no tengo casi nada que hacer, las notas están puestas y hasta el momento tengo un optativo reprobado y es por eso que estoy en la U tan temprano. Vine a ver que onda y me dicen "no maldito insecto reprobaste" jajajaja

El nombre de la asignatura es; OCIO SALUDABLE

.....
(escriban sus puntos suspensivos respectivamente)

Eso me lleva a pensar que cada vez voy superando más mis expectativas, cada vez me voy volviendo más pajero aún. Tenía dos asistencias, estoy seguro que tenía más, pero creo que ni aún así me alcanzaba para recuperar. lo tomaré el cuarto semestre y seguiré demostrando todas mis destrezas deportivas (eso era, como educación física los viernes a las ocho de la mañana ¿a quién no le va a dar paja? Diablos. En los otros ramos estoy bien no se preocupen, gracias.


Estoy buscando mirando hacia todos lados algún tema sobre el cuál escribir, pero no lo encuentro. escucho ruidos gente que usa notebooks como yo, escuchando música, escuchando la radio, terminando trabajos me imagino o algo así pero no veo ningún tema caminando por el suelo brillante de la facultad que me de una patada en la cabeza y me diga "piensa maldito imbécil".
Hoy es un lindo día, ni pensar en deprimirse por algo, menos por OCIO SALUDABLE jaja, quizá pensar en que lugares de Europa andará mi madre. Por el Sena andubo en barquitos especiales, estuvo en la torre Eiffel, recorrió el museo del Louvre y etc. Partía a Italia no me acuerdo cuando. Tiene bastante suerte de recorrer esos lugares. La próxima semana ya estará de vuelta, así que queda bastante poco.
La verdad debe ser bastante emocionante salir de la tierra natal, se debe extrañar más que la mierda eso sí, quizá lo mismo como yo extraño a mi madre. Se deben extrañar las costumbres,
la familia, los precios de las cosas, las micros, las calles, el papel confort, la forma de la perilla de la puerta de la pieza, las sombras de las cortinas, los ladridos del perro del vecino, la leche soprole, el café y un larguísimo etc (que incuye la forma del WC, la alfombra del living, el sofá, las películas malas y baratas de los canales nacionales o los videos musicales del canal local).
Cuando llegué Valdivia, extrañaba muchas cosas, muchas de las que nombré anteriormente y probablemente muchas más de las que estoy conciente (esas que se esconden detrás de una neurona y de la cual no nos percatamos pero que contribuye a que tengamos una sensación de malestar) y ahora que debo volver a Osorno creo que también extrañaré cosas de Valdivia, pero de forma muy diferente a como se extraña un lugar al cualse visita de vacaciones o por un tiempo relativamente corto. En Valdivia se forjó una nueva persona, que fue conociendo y ampliando su mundo con otras que llegaron de improviso (o con mucha anticipación según elcalendario) desde distintas realidades. Aquí Nicolás se desmostró a sí mismo que era inteligente, que podía aprender demasiadas cosas en un sólo año, que era alguien que podía resolver sus problemas (o bueno, casi todos, acordándome de la crisis del segundo semestre pero que fue superada gracias al cariño de mi familia, las personas que estaban siempre apoyándome y de las cuales no me percataba de su aprecio, etc). Aquí Nicolás sintió lo que era estar sólo. Llegar a una pieza fría, encender una estufa que casi no calentaba, prender la radio o leer un libro lo que ayudó a que mi cabeza pensara de una forma como nunca lo había hecho antes, sin saber que es también un arma de doble filo.
De a poco la costumbre nos va ayudando a superar la soledad y se descubre que ella no sólo tiene rasgos malos, también tiene buenos, como estar con compañeros amables, agradables, que te transmiten afecto, estar con la gente que nos quiere ayuda de una forma increíble. Esa persona que llega a cuidarte cuando estás enfermo o que te ayuda con trabajos que no tienen nada que ver con ella, pero lo hace con el mismo esmero como si estuviera jugándose ella una nota (mención honrosa para la Gaby, por Corominas y los vasitos).
Me acuerdo que durante gran parte del año estuve dando la lata con el tema de salir de la casa, probablemente lo hacía inconcientemente para ayudar a sobrellevar lo que era ese exilio (no le veo otro fin) lo cual, ayudó bastante. Me he vuelto un poco más seguro de lo increíblemente inseguro que era antes, y pareciera que gran parte de mi mente se encuentra con todos sus engranajes funcionando o un poco más firme que antes. Espero que sea esta la última vez que toco este tema. En realidad es bastante personal y a la vez colectivo. Al hablar con la gente sobre este tema me di cuenta que no fui el único que pasó momentos desagradales o de "no me hallo aquí" y todo gracias a (de una vez) derribar esa muralla que siempre me separaba de los demás.
Ojalá algunos se sientan identificados, ese era quizá mi propósito al término de este semestre, quizá escriba de nuevo sobre esto cuando termine mi carrera o algo así.

Lean Leviatán de Paul Auster, es una increíble crítica al patriotismo norteamericano y a la vez
habla sobre el "que hacer" cuando estamos en la tierra o el fin de nosotros mismos en el mundo.
Quizá le haga una reseña más adelante.

Comente no más con toda confianza
saludos
cambio y fuera

domingo, diciembre 03, 2006

¿Qué es un blog?

La respuesta obvia; Una página a medias personal donde escribes lo que quieres, cómo quieres, y sobre lo que se te ocurra.

¿Qué escribiré yo?

La respuesta obvia; No lo sé.

Es que sinceramente no lo sé, acabo de crear este recipiente de mezclas que probablemente saldrán de mi cabeza en el próximo tiempo y como (casi) todas las cosas, no lo proyecto a que tenga un largo camino hacia lo que será un blog de cultura, o de literatura, o de música, creo que eso dependerá de mi estado de ánimo, y de cómo se vaya dando el asunto.

¿Pero por dónde tengo que empezar?

La respuesta obvia; Por el comienzo (aplausos)

Aunque creo que ya comencé (es una buena señal)

A ver, a ver... ayer tocamos en un gran escenario en la plaza de valdivia (mala señal), frente al Banco Chile, con el propósito de ayudar a la Teletón (buena señal) y bueno, hoy no ando de mucho ánimo, esa creo que es la principal razón del por qué me decidí finalmente a crear este blog entre millones de otros.
Veamos, En la Teletón ¿el fin justificará los medios? mucha gente confunde la solidaridad con el morbo y podemos ver esto desde dos puntos de vista:

1) Según una buena fuente (sí, tú maaamita) gran parte de lo que es la Teletón se financia con estas horas de amor (usted cree su definición de amor y adecúela al caso) así que probablemente, las lágrimas de la gente emocionada, tanto de la familia del rehabilitado y televidentes, ayudan de buena forma a lo que es la verdadera causa del asunto y si lo vemos desde un lado más frío, el morbo ayuda gran parte para que esto se lleve a cabo.

2) Muchas empresas buscan lucrar con esto y más que lucrar diría, una "limpieza masiva de imagen" ¿o creen a caso que los mismos empresarios que mandan en las cadenas de mega hiper supermercados derrepente se les ablandó el corazón y se pusieron a ayudar? no mamá, no papá, ellos están buscando algo ¿y ese algo que es?

Si le gusta opine, o sino, lea y reflexione sobre el asunto.
y nada más que decir
cambio y fuera